Probablemente cuando hayas ido a ver una película al cine, no has pasado de alto el pororó en tamaños gigantestos, y sin darte cuenta, terminaste toda bolsa, inclusive antes de que termine la película.
Pues bien, este es el resultado de comer frente a las pantallas, no somos conscientes de la cantidad que comemos, ni lo que comemos, nos olvidamos de saborear y se convierte en un acto mecánico.
Lo más común es que “piquemos” alimentos con mucha grasa, sodio, y con muchas calorías, como son los snacks, papas fritas, nachos, etc) , muchas veces estimulados por las publicidades de la misma televisión.
Además el estar sentado horas se traduce en sedentarismo.
Un estudio realizado en la universidad en la Unidad de Nutrición y Comportamiento de la Escuela de Psicología Experimental de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, reveló que la memoria y la atención juegan un papel clave en la regulación del apetito y de la cantidad de comida que consumimos
Al no prestar atención a lo que comemos, el cerebro no lo procesa por lo que fácilmente seguiremos buscando comida a lo largo del día, ya que no nos sentimos “tan llenos”, además no nos permite saborear lo que comemos
Son varios los estudios realizados con relación al tema, y todos concluyen lo mismo: el aumento de las cantidades al comer.
Cuanto antes comencemos a crear buenos hábitos siempre será más sencillo incorporarlos.
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